viernes, 10 de mayo de 2013

LA VIDA Y LA JUSTICIA


LA VIDA Y LA JUSTICIA

Erase una vez.... no, no, no os preocupéis que no es ninguna fábula.
A ver, es cierto que lo que os quiero transmitir es fruto que una experiencia personal muy reciente, cierto, pero es algo meditado, ya me diréis al finalizar la entrada lo que pensáis al respecto.

Hay ciertas cosas, que terapeúticamente hablando no existen, como la vergüenza o la culpa, y que sin embargo los seres humanos utilizamos por unos u otros propósitos y por unas y otras razones pero, existe otra, a mi forma de ver mucho más importante que rige nuestra vida, o gran parte de ella, y que tampoco existe, la justicia.

Ojo, que no me refiero a la justicia en término legales, que evidentemente, en nuestro país no existe o perdón, existe, pero es distinta en función de quien la recibe y la imparte.

Me refiero al concepto que utilizamos en el día a día con justicia  "No es justo esto", "En justicia debería ocurrir que... " " la vida no es justa".
¿ Sabéis a qué concepto me refiero?

La vida puede no ser justa pero, ¿por qué habría de serlo?? ¿donde está escrito que tenga que ser así? ¿dónde?

Algunos podréis pensar "Joe, Noe, que profunda" Parece que no tengo término medio, o hablo de una rutita graciosilla por Sevilla al perdernos o me pongo a divagar... ¿sobre qué? La vida y la justicia. Tiene tela.

La vida, retomo, es una serie de sucesos que van pasando y que pueden ser muy buenos, buenos, regulares, malos o malísimos y que pueden o no estar conectados en función de una serie de condiciones o condicionantes. Bien, correcto.

Pero..... repito, ¿donde pone que tiene que ser justa? ¿por qué nos quejamos cuando no lo es?
¿Por qué las personas que nos regimos por un criterio de justicia o no justicia lo pasamos mal cuando no ocurre lo que en justicia creemos que tiene que ocurrir y cuando ocurre algo, que normalmente es resultado de nuestro esfuerzo no lo valoramos como deberíamos porque, consideramos que es lo justo?

Me gustaría, propongo, que dejemos de quejarnos sobre la justicia o no de nuestra vida.
Sé que hay situaciones muy difíciles: ejemplo pareja joven, con un perfecto estado de salud que de la noche a la mañana se enfrenta a una situación dramática.
¿ES JUSTO? NO. ¿TENDRÍA QUE SERLO? TAMPOCO.

No se trata de una postura nihilista de nada existe y nada merece la pena (cada cual con su afición).
Se trata de dejar que martirizarnos en situaciones que consideramos injustas porque, aunque guiándonos por nuestro antiguo criterio de justicia (la que nos queda ahí en el subconsciente) tampoco tendría por qué serlo.

Las cosas pasan porque sí. Las cosas pasan porque son una segunda oportunidad para arreglar las cosas. Las cosas pasan porque son asuntos pendientes de otras vidas. Las cosas pasan porque las manda Dios. (cualquiera que sea o sean en el/ los que creáis). Las cosas pasan por un cúmulo de circunstancias. Las cosas pasan porque se ha hecho o no se ha hecho algo. Las cosas pasan como resultado de un problema algebraico.

Elegid las razones que creáis pero, por favor, extingamos de nuestra mente colectiva el término justicia excepto cuando lo utilicemos en términos legales, independientemente de lo que pensemos de ella, y siempre y cuando la veamos como una señora con una balanza con los ojos tapados.

He dicho.  

lunes, 6 de mayo de 2013

SEVILLA Y OLÉ

Siguiendo las recomendaciones de una bloguera y amiga con solera, recupero uno de las entradas de mi antiguo blog, antes de pasarlo a mejor vida. descanse en paz.

Sevilla, y olé!!
¿Veis? No es que no quiera, pero explicadme como es posible que lleve 2 días funcionando Internet sin problemas (sabiendo todas como va normalmente Internet en mi casa) y de repente me siento para escribir y darle una alegría a esta gente y “No se puede encontrar el servidor”. En fin, bendita la hora que se me ocurrió a mi lo del corta pega de un Word. Je, je , ahí vamos. Hay tanto por donde empezar que no se por donde. A ver, a ver, en orden de peticiones por favor,…. Sevilla Sevilla, qué bonita ciudad, con sus macetitas en las fachadas de las calles, con sus calles estrechas, empedradas y sin ningún tipo de señalización en las que hay que recoger los retrovisores de un coche pequeñín para no quedarse atrapado, y no hay mas que escuelas de flamenco con el mismo nombre, Ah! No! Paco, que nos hemos perdido, ya hemos pasado por aquí 3 veces…. En fin. Sevilla tiene para mi capítulo 1 y 2. en el 1. lo más reseñable es que tras esperar a la persona que tenia que recogernos a las 7 de la tarde después de un viaje de 5 horas, aparece a las 11.30h de la noche, nosotras sin cenar, él bien cenado y relajado, y nos vamos a buscar un garito donde nos den de comer, sin conocer naaaaaaaada de Sevilla y sin ninguna intención por su parte por enseñárnosla, todo sea dicho. Total que dando vueltas y vueltas por esas callejuelas viendo continuamente la dichosa escuela de flamenco portátil dimos de bruces, casi literalmente de no ser porque íbamos en coche, ¡ostras que bonito es esto!, anda, la Giralda. A todo esto parados en un semáforo intentando que nuestro guía se orientase, nos preguntan 2 asturianos que donde está el campo del betis, y yo, ni idea claro. Tres cuartos de hora para darles explicaciones que se resumen en “TO RECTO”. Cena en hotel, ensaladas frías, a la 1 de la mañana. En fin, visita nocturna memorable por Sevilla. Capitulo 2 empieza también el día antes pero en otra categoría de eventos, por llamarlo de alguna manera. El motivo a Sevilla, quizá debería haber empezado por ahí, era hacer una peritación en un juicio, defender un informe realizado. A esto que camino de Sevilla, a la mitad de trayecto aproximadamente llama la abogada de la persona representada y me pregunta si le puedo decir las preguntas que me tiene que hacer en el juicio…. Ehhhhh, ¿no eres tú la que se supone que sabe de esto? Finamente se hace lo que se puede. Continuará.